GABRIEL BRNČIĆ ISAZA: UN COMPOSITOR CHILENO FUNDAMENTAL

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                Gabriel Brnčić, es un compositor fundamental en la música docta nacional e internacional. Ha desarrollado una carrera brillante que se conjuga con cualidades humanas de aquéllas pocas veces vistas. Su trayectoria y aportes como compositor, investigador y docente son incuestionables. En estos tres ámbitos posee una amplia producción que se puede constatar en su catálogo. También se advierte un desarrollo fuerte y consecuente de su pensamiento, su técnica y sus elementos fundamentales. En definitiva, una actitud ética frente a la creación, conducida con humildad y responsabilidad artística. 

                El haber configurado un pensamiento musical crítico, basado en la observación del devenir social y cultural, articulado con el desarrollo de una técnica compositiva y el uso crítico de la tecnología, han hecho de la poética musical de Brnčić una propuesta artística sólida, que habla de manera implícita de una sensibilidad, correspondiente, indudablemente, al patrimonio de nuestro país y de un terruño extendido a otras latitudes, definido por el exilio.

                Sus renovadoras propuestas composicionales complejizan las relaciones, siempre móviles y escurridizas, que se establecen entre material, intención-compositiva y recepción, siendo este último aspecto el espacio en el cual se puede corroborar su fuerte compromiso artístico, materializado en muchas de sus obras como una mirada particular sobre Chile, y en su idea de aportar constantemente a la formación de las nuevas generaciones.

                Como se puede apreciar con más detalle en su biografía, ya en una etapa formativa se integra a la generación de compositores más importantes de Latinoamérica. Esta etapa, que comienza en nuestro país estudiando con los nombres fundantes de la música de tradición escrita, se consolidará posteriormente en Argentina, en donde desarrollará su trabajo en el Instituto Torcuato Di Tella. Allí establecerá una gran amistad con el compositor Alberto Ginastera, quien lo nombra director del área de música de esa institución, centro de investigación y desarrollo de las artes contemporáneas, que deja una huella imborrable en la América Latina pre dictatorial. Sin embargo, pronto las hostilidades propias de los gobiernos dictatoriales le obligarán a abandonar el vecino país junto a su familia, estableciéndose a mediados de los años setenta en la ciudad de Barcelona, España, lugar de su residencia actual. Allí, desde la precariedad del exiliado, y dentro de un panorama cultural recién emergente en España, la figura de Brnčić se alza de manera relevante en la activación de la creación musical de ese país, en particular para el desarrollo de la llamada Música Electroacústica. 

                En esta tercera residencia, la obra de Brnčić aparece en la escena musical internacional como uno de las propuestas estéticas de referencia, como una representación expresiva de Latinoamérica en general, y de Chile en particular. Consecuentemente, obtiene el reconocimiento de compositores tan relevantes como Luigi Nono y Iannis Xenakis, entre muchos otros. 

                Pese a una aparente distancia de su país, sus preocupaciones por Chile y en particular por las hostilidades que, producto de las medidas dictatoriales, experimentaron nuestros artistas, se tradujeron rápidamente en actitudes concretas de solidaridad, tanto en Europa como también en Chile.  Es así como, a partir de fines de los años ochenta, Brnčić inicia sus viajes al país, dictando clases y seminarios en diferentes ocasiones e instituciones de educación superior. Se configura así una actitud frecuente para con Chile. En estas permanencias intermitentes destacamos su aporte en la fundación de un laboratorio para música electroacústica, instalado en la Escuela de Música de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor y la creación del Laboratorio de Tecnología Musical del Instituto de Música de la Universidad Católica de Chile. Mucho más allá de la materialización de estos centros en investigación/creación, Brnčić deja una huella fundamental en los estudiantes de composición, demostrando una gran capacidad como académico que le ha valido el respeto y admiración tanto de jóvenes chilenos como de muchos lugares del mundo. De esto dan cuenta sus aportes en prestigiosas universidades de nuestro país: Universidad de Chile, Universidad Católica de Chile, Universidad Católica de Valparaíso, Universidad ARSIS y Universidad Austral de Chile.

                Brnčić representa a una generación de artistas que se ve obligada a salir al exilio en plena juventud productiva y formativa. Su generación, compartida por Sergio Ortega y otros, ha de hacer el esfuerzo extraordinario para instalar su trabajo en públicos de otras latitudes. Esto tiene una sola lectura en las circunstancias que les toca vivir: su trabajo viene de Chile y esa expresión se da a conocer en todo el mundo. Luego su obra se expande generando un lenguaje universal en el que nunca deja de estar presente el país y el continente de origen.

                Se trata de la generación del exilio, fenómeno cultural que por primera vez en la historia de Chile se produce de manera tan masiva y por tanto tiempo. Por ello, la posibilidad de otorgar el Premio Nacional de Arte -Mención Música- a Gabriel Brnčić Isaza, también honra a una generación que artísticamente ha promovido a Chile incansablemente en el concierto mundial.

 

                En este sentido, en el mundo globalizado en el que vivimos, hemos de reconocer y considerar que la presencia de creadores chilenos prestigiados y respetados en el extranjero, ha permitido que muchos de nuestros estudiantes hayan podido profundizar sus estudios y experiencias en el dominio de la composición fuera de nuestras fronteras. Brnčić ha sido un puente efectivo para ellos, desde su liderazgo en la Fundación Phonos, la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC) y de la formación de los posgrados en Creación Musical y Nuevas Tecnologías impartidos en la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona.

                De esta manera, Gabriel Brnčić Isaza ha permitido proyectar la creación musical de nuestro país a nivel nacional e internacional, convirtiéndose él mismo en una tribuna, embajador y fiel representante de nuestra cultura chilena contemporánea.