Moira Brncic Isaza
2006
I
La memoria
…Alguna vez comentamos ambos que sólo escribíamos una vez que las verdaderas cosas que nos estaban pasando ya habían ocurrido. Entonces las regalábamos con chistes, las socializábamos con un suspiro alegre en el papel estremeciendo las hojas y los sobres; ahora en las páginas virtuales de Internet. Mientras tanto, sin noticias, el silencio de la sospecha se apoderaba de mí…
Cuando se cuentan los hechos -una vez superados- el impacto es menor, especialmente entre hermanos, padres e hijos, amigos…
…Quiero contarte hermano, en esta carta, cómo te veo, cuál es la memoria de mis días contigo, recuperarte aunque sé que estás aquí, completo, íntegro.
Por asociación vuelvo a esos días de mis dos años, o ¿tres? cuando tú tenías doce. Un día de verano, en el departamento de la calle Coventry, sacamos las camas a la terraza dispuestos a dormir a la intemperie: las estrellas emergían, una a una, en el firmamento y tú, con paciencia, y seguramente para distraernos, a mi hermana y a mí, nos las indicabas con sus nombres: esta es Orión, Venus, Betelgeuse… Recuerdo mi pelo rubio en una de mis mejillas, una hebra pegada al labio a raíz de la brisa, y tu mano despejándomela, para que pudiese contemplar mejor las estrellas, y este gesto tuyo, tan delicado y alegre, tuvo que ver con las estrellas a las que les di importancia desde entonces. Diría yo que fue el primer conocimiento de nuestro rodar por la vida, el cielo. La carta de la conexión saltando sobre las camas era un juego de tierra y bóveda celeste; los cubrecamas marrones con arabescos, no lo podría describir mejor. …Gozosa yo de tener un hermano como tú, que vislumbró jubiloso el antídoto a la tristeza de un día de verano sin pena ni gloria, su dedo índice moviéndose en la noche hasta cazar la luz del firmamento para sus dos hermanas.
…Pudiera yo conservarte asociando la cúpula estelar con tus estudios de violín, que habías iniciado…
…Eras un excelso hermano, dedicado, entusiasta, preocupado, defensor, e incluyo: sabio para tus cortos años.
…Querido hermano, luego de aquella dichosa noche donde aprendí astronomía, incipiente para mis años, tus doce me mostraron a mi hermano mayor.